¡Quiero dormir!

Juan, de cincuenta y ocho años de edad se despierta nuevamente y mira el reloj de la mesita de luz. Son las 3:00 de la mañana. Otra vez levantándose a esa hora piensa, mientras se da vuelta, cierra los ojos y trata de quedarse dormido. Ya van cuatro noches seguidas que no se puede dormir y da vueltas en la cama.

¿Le suena familiar? ¿Le pasa esto de quedarse dormido y después, sin razón alguna, levantarse en medio de la noche, cansado y agotado? ¿A veces tiene ganas de dormirse justo cuando sale el sol, mientras estuvo toda la noche caminando por la cocina, tomando un vaso de leche o mirando televisión en el sillón?

Las expectativas de descanso cambian durante la vida de las personas – aunque la gente mayor todavía necesita siete a nueve horas de descanso por noche. Un estudio de adultos mayores de 65 años de edad demostró que el 13% de los hombres y el 36% de las mujeres tardan más de 30 minutos en quedarse dormidos.

Ideas para Dormir Mejor

Prepararse para dormir debe ser un rito. Establezca su ritmo. Planifique su hora de descanso, empezando a relajarse más o menos a la misma hora – quizá con un buen libro, un baño de inmersión o una ducha y música de fondo. Váyase a acostar y levántese a la misma hora todas las noches. Su cuerpo se acostumbrará a este ritmo.

Compre un buen colchón. Generalmente no le prestamos atención a nuestra cama pero su cuerpo – más aún los músculos de la espalda – apreciarán un colchón cómodo (pruebe los blandos y duros antes de decidir) y mantendrá a su espalda feliz y sana.

Practique respiraciones profundas o meditación. Cuando nos concentramos con una palabra o frase relajante, la frecuencia del corazón disminuye, los músculos se relajan y nuestra mente se despeja de pensamientos de distracción. Otra técnica frecuentemente usada es la visualización – piense en su imagen favorita – quizá caminando por la plaza, escuchando las olas en la distancia, pisando los caracoles sobre la arena…

Limite las siestas diarias. Cuanto más duerme durante el día, menos dormirá por la noche. Pruebe siestas cortas – de quince minutes – para recuperar energía. Evite las siestas largas que pueden llevar a un ciclo de noches sin dormir.

Analice sus bebidas – las bebidas alcohólicas o bebidas con cafeína que se toman por la tarde pueden dificultar el sueño. Aprenda a leer las etiquetas de nutrición, por ejemplo, el chocolate y el té contienen cafeína.

Establezca una rutina de ejercicios físicos. El ejercicio regular es esencial para el buen dormir. Reduce la ansiedad, la tensión y la fatiga – mientras estimula una mente positiva. No haga ejercicios muy tarde ya que puede interferir con su sueño. Elija actividades que disfruta y que pueda realizar a largo plazo. O varíe los ejercicios semanalmente para evitar el aburrimiento.

Lea sus libros favoritos. Un buen libro, revista o cuento interesante le da la cuota de distracción que necesita, de sus tareas diarias. Deje que corra su imaginación mientras entra un mundo de fantasía y se transforma en una nueva personalidad – quizá el malo de la película.

Recuerde, piense en positivo. Deje de pensar en sus problemas incluso su preocupación por quedarse dormido. Dormirse es un hábito. Practique estar tranquilo, relajar sus músculos, reducir su tensión, cerrar sus ojos y…lo logrará. Buenas noches.